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El parto, junto con el embarazo, constituyen dos factores de riesgo importantes en las lesiones del suelo pélvico.
Una buena preparación física durante el embarazo (incluyendo el masaje vaginal, ejercicios para ayudar a encajar al bebé durante la fase de dilatación, la realización de un pujo eficaz y menos dañino para el suelo pélvico…) puede ayudar en gran medida a minimizar el daño sobre el suelo pélvico.No obstante, la compresión y distensión a la que se somete el mismo durante el parto vaginal es tan grande, que provoca un sobre estiramientoya no sólo de las fibras musculares sino también de las estructuras nerviosas y fasciales que lo rodean. Estos fenómenos de compresión y distensión provocan que el suelo pélvico esté debilitado en el postparto inmediato. En muchos casos este debilitamiento se recupera poco a poco, pero en aquellas mujeres que han tenido un parto complicado, resulta indispensable realizar una valoración y tratamiento del mismo una vez transcurrida la cuarentena, ya que se pueden producira corto-medio plazo una serie de problemas (prolapsos, incontinencia urinaria, dolores en las relaciones sexuales…) si no se recupera la funcionalidad del suelo pélvico (y de otros músculos como el transverso de abdomen) correctamente.
Algunos de los factores de riesgo que aumentan considerablemente el daño del suelo pélvico durante el parto, son:
- Parto instrumental: la utilización de fórceps se asocia con un riesgo 10 veces mayor de lesión perineal en comparación con el parto sin instrumentación.
- Partos distócicos (niño de nalgas)
- Episiotomía:al ser una herida quirúrgica cicatriza peor que un pequeño desgarro
- Partos con el expulsivo final (desde la dilatación completa hasta que se expulsa al bebé) muy prolongados o demasiado rápidos.
- Gran peso fetal (macrosomía fetal).
- Realizar la maniobra de Kristeller (prohibida por la OMS)
- Realizar empujes en apnea o maniobra de Valsalva (empujar como si quisiéramos defecar)
- Las posturas que adopta la madre durante el expulsivo (la más dañina es la posición boca arriba por no dejar libertad de movimiento al hueso sacro y por no estar a favor de la fuerza de la gravedad, por lo que el empuje que la madre deberá hacer será mayor)
- Embarazo múltiple.
Se ha comprobado también, que aquellas mujeres que realizan ejercicio durante el embarazo (pilates, ejercicios en el agua) tienen menor riesgo de sufrir dolores1 (principalmente lumbares y sacroilíacos) durante el mismo. Además, el entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico no sólo previene la incontinencia urinaria durante el propio embarazo y en el postparto, sino también disminuye la duración de la segunda etapa del parto.Por tanto, un suelo pélvico que llega al parto en buen estado (fuerte y flexible), se recuperaráantes, serámás funcional y sufrirámenos, que un suelo pélvico en mal estado.
En Premium Health & Sport tenemos fisioterapeutas expertos en uro-ginecología a su disposición, que podrán resolver sus dudas y realizar una valoración/tratamiento del suelo pélvico, siempre de forma global con el resto del cuerpo y con un trato personal e individualizado.
BIBLIOGRAFÍA
- 1M. Romero-Morante, B. Jiménez-Reguera. Actuación del fisioterapeuta durante la gestación, parto y posparto. Fisioterapia 2010;32(3):123–130