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La natación conlleva una gran cantidad de movimientos rítmicos y repetitivos de los miembros superiores (MMSS). Por ello, la articulación glenohumeral se ve expuesta a un importante estrés, siendo habitual la aparición de dolor de hombro entre sus practicantes.
Además, como exponíamos en blogs anteriores, la mayor parte de la fuerza propulsora en este deporte es generada por los MMSS y la articulación puede verse sobrecargada.
A continuación se describe la técnica de la brazada de este estilo, para posteriormente destacar los momentos donde existe un mayor riesgo de lesión de hombro. En el crol ambos brazos se mueven de manera alternativa, pudiendo distinguir 3 fases: 1. Recobro aéreo; 2. Deslizamiento; 3. Fase propulsiva.
1. RECOBRO AÉREO: el brazo se desplaza por fuera del agua hacia el punto inicial para enlazar con la siguiente brazada. Lo primero que sale del agua es el codo, dirigiéndose hacia arriba y hacia delante, y a continuación el antebrazo y la mano dirigida hacia el cuerpo. Asimismo, se realiza el movimiento de rolido hacia el lado contrario, sobre el eje longitudinal del cuerpo para facilitar tanto el recobro como la respiración. Posteriormente, el brazo se lanza hacia delante y al pasar la altura del hombro, inicia su extensión hasta que los dedos de la mano entran en contacto con el agua, en la línea de prolongación del hombro, por delante de la cabeza. En relación a la coordinación de ambos brazos, cuando una mano entra en el agua el brazo contrario que hace la tracción va por la mitad de su recorrido.
La articulación glenohumeral experimenta una rotación externa, abducción y flexión al final del recobro.
2. DESLIZAMIENTO: tras la entrada de la mano en el agua (palma hacia abajo y afuera) se produce el deslizamiento, el cual prepara la posterior propulsión, y se inicia el movimiento de rolido hacia ese lado.
La articulación glenohumeral sufre una rotación externa, máxima flexión y abducción.
3. FASE PROPULSIVA: al hacer la tracción la mano dibuja una “S” y se pueden distinguir dos momentos, el agarre y el empuje. En el agarre el codo comienza a flexionarse y la mano (con la muñeca ligeramente flexionada hacia abajo y girada hacia afuera y atrás) se dirige hacia abajo y atrás manteniendo el codo elevado (más alto que la mano). El rolido llega a su máximo y se produce un barrido hacia adentro con la mano también hacia adentro y atrás. Tras ello, en el empuje, la mano se dirige hacia afuera, arriba y atrás hasta llegar al muslo de la pierna del mismo lado. El brazo se extiende a lo largo del cuerpo con la mano hacia la superficie terminando su tracción e iniciando la salida del codo del agua.
La articulación glenohumeral realiza una aducción, rotación interna y extensión al final del empuje.
Teniendo en cuenta la biomecánica propia del estilo, cabe destacar que el 24,8 % del tiempo de brazada la articulación glenohumeral presenta posiciones compatibles con síndrome subacromial o impingement. Además, los siguientes momentos conllevan un riesgo importante en la articulación:
– Cuando el recobro se realiza muy bajo o arrastrado adquiriendo una rotación interna, flexión 90º y abducción 45º.
– Cuando la mano entra en el agua para iniciar con la fase de agarre debido a la aducción, flexión y rotación interna y posterior abducción 90º y rotación interna.
Por otro lado, el dolor de hombro también se relaciona con otros problemas en la columna dorsal y cervical.
Además, son varios los factores que pueden incrementar el riesgo de lesión tales como la técnica inadecuada (codo bajo en el recobro, disminución del rolido, brazada asimétrica, dolor durante o después de nado, etc.), la fatiga muscular excesiva acumulada, la hiperlaxitud, la falta de flexibilidad, el balance muscular inadecuado, el calentamiento previo al nado (inexistente, insuficiente o incorrecto), la mala gestión de las cargas de entrenamiento, etc.
Por ello, para minimizar al máximo las posibilidades de lesión y dolor resulta importante realizar un adecuado trabajo de técnica, coordinación, movilidad, flexibilidad, propiocepción y fuerza en el agua.
En las sesiones de perfeccionamiento del nado y natación terapéuticadel Centro Médico y de Rehabilitación Premium Health & Sport buscamos tanto enseñar la técnica adecuada como realizar adaptaciones de la misma a cada caso particular para poder nadar sin riesgos, evitando y corrigiendo compensaciones. Además, proponemos realizar un trabajo complementario en seco con las sesiones de readaptación deportiva y/o entrenamiento personal.
BIBLIOGRAFIA
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