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En blogs anteriores, hemos hablado de la importancia de la fisioterapia específica en el complejo articular de tobillo-pie, de la sintomatología relacionada con la planta del pie y del arco plantar. Pues bien, en todo lo comentado anteriormente cobra especial importancia el músculo tibial posterior.
Este músculo es de localización profunda, situado en la cara posterior y lateral de la pierna y se considera, junto con el tríceps sural (músculo sóleo y gemelos), uno de los músculos más importantes durante la fase de balanceo y propulsión de la marcha.
El músculo tibial posterior, o musculus tibialis posterior, tiene su origen en la región posterior de cabeza de peroné, tibia y membrana interósea, insertándose mediante haces robustos en el tubérculo del hueso escafoides, primera cuña (manda expansiones menos robustas al resto de músculos cuneiformes) y cabezas de 2º, 3º y 4º metatarsianos, conformando así la bóveda plantar de nuestro pie. Una de sus principales características es participar activamente junto con el haz distal del M. peroneo lateral largo, en el control motor de los movimientos de inversión y eversión de tobillo-pie, es decir, en la capacidad de adaptación a las irregularidades que presenta el terreno.
Este músculo recibe inervación del nervio tibial (o nervio ciático poplíteo interno), correspondientes a las ramas L4-L5 del nervio ciático y está vascularizado por la arteria tibial posterior.
Como síntomas y signos de sus puntos gatillo tenemos:
– Dolor irradiado en región retromaleolar interna, que aumenta con la adduccion-supinacion-extensión del pie, como son las acciones deportivas de salto, puntas del ballet, etc.
– Dolor a punta de dedo en la región paratendinosa del músculo a nivel de su inserción, frecuente en los corredores de fondo.
Es importante realizar un diagnóstico diferencial, para no confundir estos síntomas con:
· Una compresión del nervio tibial posterior en el retináculo flexor (síndrome del túnel tarsiano).
· Falsos diagnósticos de fascitis plantar
· Presencia o no de pie plano valgo
· Crepitaciones, tumefacción e impotencia funcional (mayor gravedad)(periostitis del tibial posterior)
Para controlar la activación de puntos gatillo de este músculo, hay que prestar atención a:
· El deslizamiento del tendón en su recorrido, sobre todo en su arco transversal
· Al nivel inserción distal en la zona escafo-cuneal (tubérculo escafoideo)
· Al ritmo del dolor, en relación a la actividad o el reposo
· Conocer la valoración estática y dinámica (tratamiento de Podología)
Manejando toda esta información planteamos al paciente el tratamiento conservador más apropiado para su caso, basándonos fundamentalmente en el manejo de nuestras herramientas convencionales como son la terapia manual, el ejercicio activo (trabajo excéntrico y estiramientos), y la terapia antiinflamatoria local o reposo si así fuera necesario. El uso de plantillas y ortesis ortopédicas (medias de compresión) también está indicado, pero previamente debe realizarse un estudio biomecánico de la pisada. Toda recomendación y pautas de tratamientos están consensuadas con el mayor rigor y evidencia científica, basándonos también en nuestra experiencia clínica.
En Premium Health & Sport contamos un con equipo de trabajo multidisciplinar y con instalaciones como una piscina terapéutica, dónde valoraremos su caso y estableceremos el tratamiento de fisioterapia, podología y readaptación deportiva más idóneo para conseguir su recuperación completa.
Fuentes y recursos de información:
1. A clinical guideline for the conservative management of tibialis posterior tendon dysfunction. Bowring B, Chockalingam N.
2. Lesiones por sobrecarga del tibial posterior. Valoración funcional diferencial. J.A. Martín Urrialde, A. Gonzalez de la Rubia
3. Vídeo: www.sportex.net
4. Imágen: Posterior tibialis tendonopathy in an adolescent soccer player: a case report Erik A. Yuill, DC, MSc, BSc, BPHE* and Ian G. MacIntyre, DC, FCCSS(C), BSc** http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2989403/figure/f6-jcca-v54-4-293/