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Pese a que la natación es un deporte frecuentemente recomendado por los profesionales sanitarios como método de rehabilitación o de mantenimiento de la salud, es habitual que los deportistas que lo practican padezcan lesiones musculo-esqueléticas por sobre uso, generalmente relacionadas con una técnica de nado incorrecta.
Hay que tener en cuenta que el desplazamiento del cuerpo a través del agua se consigue mediante gestos repetitivos con escaso tiempo de recuperación, por lo que los errores técnicos pueden repercutir continuamente en las diferentes regiones del cuerpo del nadador de manera negativa. Las regiones que más frecuentemente provocan dolor son el hombro, la espalda y la rodilla, que será la protagonista de este blog.
El dolor de rodilla es un problema muy frecuente entre los deportistas acuáticos que emplean la patada de braza, lo que ocurre principalmente en los nadadores especialistas en este estilo (por lo que se denomina “rodilla del bracista”), los jugadores de waterpolo y las nadadoras de sincronizada1. El 73% de los nadadoresespecialistas en braza padecen dolor de rodilla durante su carrera deportiva2 y casi la mitad de ellos lo padecen alguna vez durante la semana3. Sin embargo, al tratarse de un movimiento muy anormal para la biomecánica de la rodilla también puede provocar dolor en nadadores ocasionales o en aquellos que no son especialistas en este estilo2.
El dolor se localiza mayoritariamente en la zona antero-interna de la rodilla1,2,3,4 y se trata de un problema por irritación crónica principalmente del ligamento lateral interno de la rodilla, la región femoropatelar medial, cápsula y membrana sinovial2. Al tratarse de un problema por sobre uso, los nadadores más mayores, con más años de experiencia y que realizan más parte de los entrenamientos empleando la patada de braza, son los que más frecuentemente sufren este problema2.
La evolución de esta afección puede progresar desde su aparición en edades más tempranas sólo durante la práctica de la patada de braza, hacia su aparición en cualquier actividad en casos más crónicos1.
El dolor suele producirse durante la fase de empuje de la patada, tanto al inicio2 como al final de ésta1 y su origen está muy relacionado con la técnica de patada empleada por el deportista2, principalmente con el grado de abducción de cadera (separación de las piernas) realizado durante el recobro1 y el inicio del empuje2, ya que está relacionado con el grado de estrés al que se someten las estructuras anatómicas mencionadas previamente2.
El tratamiento consiste generalmente en la reducción o supresión temporal del entrenamiento con patada de braza, aplicación de frío y técnicas de Fisioterapia1,3,4 y como aspecto más importante el análisis y corrección de la técnica de patada1,2,3.
Como estrategias de prevención cabe destacar el aprendizaje de la técnica correcta1,2,3,4, sobre todo en las edades más tempranas1, iniciar muy gradualmente la carga de entrenamiento con patada de braza, realizar un adecuado calentamiento y mantener el equilibrio de fuerza y flexibilidad entre los distintos grupos musculares de la pierna3,4.
En el centro médico y de rehabilitación Premium Health & Sport planteamos un tratamiento individualizado y multidisciplinar y disponemos de actividades en nuestras instalaciones como el perfeccionamiento de la técnica de nado, que ayudará a resolver su problema de rodilla y evitar futuras lesiones derivadas de la práctica de la natación.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Stulberg SD, Shulman K, Stuart S, Culp P. Breaststroker’s knee: pathology, etiology and treatment. Am J Sports Med. 1980;8(3):164-171.
(2) Vizsolyi P, Taunton J, Robertson G, Filsinger L, Shannon HS, Whittingham D et al. Breaststroker’s knee. An analysis of epidemiological and biomechanical factors. Am J Sports Med. 1987;15(1):63-71.
(3) Shahpar FM. Knee problems in Aquatics. [monografía en internet]*. Federación Internacional de Natación; 2007 [acceso 30/03/2014].
(4) Rovere GD, Nichols AW. Frequency, associated factors, and treatment of breaststroker’s knee in competitive swimmers. Am J Sports Med. 1985;13(2):99-104.