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Como comentamos en el blog anterior sobre esta patología, la rizartrosis es una alteración degenerativa de la articulación trapeciometacarpiana situada en la base del dedopulgar, que se caracteriza por un deterioro progresivo de las superficies articulares y formaciones óseas en las mismas, pudiendo producir en ocasiones dolor y una gran impotencia funcional, teniendo importantes repercusiones tanto desde el punto de vista laboral como en las actividades de la vida diaria.
La importancia de esta patología radica en el déficit funcional que ocasiona y su elevada frecuencia. La prevalencia aumenta con la edad con un predominio claro en mujeres postmenopáusicas (6:1 respecto a hombres).
Los ligamentos que aportan estabilidad de la articulación trapeciometacarpiana con la edad van disminuyendo su tensión facilitando la aparición de la artrosis. A pesar de no ser considerada una articulación de carga, se ve sometida a importantes situaciones de compresión, lo que podría explicar la frecuencia de su degeneración. Aunque la realidad es que el origen de esta patología no está clara.
Para entender mejor la relevancia de esta alteración hay que tener en cuenta que el pulgar asume el 40% de la función de la mano y esta articulación se considera la más importante del complejo osteoarticular ya que permite la formación de pinzas entre el pulgar y los cuatro dedos restantes y la realización de una empuñadura potente.
El síntoma más frecuente es el dolor difuso en la base del pulgar que aparece de manera espontánea y al realizar la pinza lateral. El dolor se irradia hacia antebrazo y está provocado por determinadas maniobras (coser, retorcer paños, girar llaves, pulsar botones…) acompañado de pérdida progresiva de fuerza. En estadios avanzados aparece limitación de la movilidad con deformidad típica de pulgar en zeta (la articulación metacarpo-falángica comienza a compensar la pérdida de movilidad realizando hiperextensión de la misma).
Los abordajes terapéuticos más relevantes son: programa de ejercicios y rehabilitación de fisioterapia y terapia ocupacional, farmacológico, programas educativos, cirugía, órtesis o ayudas técnicas.
Cuando el grado de deformidad es importante, existe dolor invalidante y pérdida de función con el primer metacarpiano en aducción y grave limitación de la apertura de la primera comisura, uno de los tratamientos de elección es el quirúrgico (1).
Existen distintos tipos de intervención quirúrgica entre losque el cirujano selecciona el más adecuado teniendo en cuenta las características de cada paciente (edad, deformidad, cambios degenerativos…) y suele ser el tratamiento elegido cuando el conservador no ha obtenido resultados.
La artroplastia de tenosuspensión de la articulación trapeciometacarpiana constituye una alternativa aceptable para casos severos de rizartrosis, ya que se ha demostrado que elimina el dolor, preserva la movilidad y ofrece estabilidad, proporcionando a los pacientes un alto nivel de satisfacción personal aunque haya una ligera pérdida de fuerza en la prensión (2).
Después de esta cirugía es recomendable una intervención rehabilitadora con fisioterapia y terapia ocupacional con los objetivos de:
– Controlar el edema.
– Controlar el dolor.
– Aumentar el recorrido articular, la fuerza y la funcionalidad de la mano.
– Lograr una articulación estable, móvil e indolora.
Siempre respetando los tiempos fisiológicos básicos en el proceso de cicatrización postquirúrgica.
Por ello, en el centro médico y de rehabilitación Premium Health & Sport estamos a tu disposición para tratar este tipo de problema tanto de manera conservadora como antes o después de la cirugía y ayudar a una completa recuperación, contando con un amplio equipo multidisciplinar para ayudarte en lo que necesites.
Bibliografía:
1.- Vallejo, A., Holguín, P., y González, J. (2001) Manual de cirugía plástica. Rizartrosis. (16 de febrero 2003)
2.-Artroplastia de suspensión dinámica en la osteoartritis trapecio-metacarpiana. Revisión de los años 2001 al 2006. Maria Gabriela Guilliod. Alejandro Espinosa Gutiérrez. Jose Antonio Rivas. Saúl Renán. Acta ortopédica mexicana2008; 22(1): 31-39.