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Hoy en día la relación entre el ejercicio físico y la salud es ampliamente reconocida. Por ello, teniendo en cuenta los numerosos beneficios de la actividad física, este blog se centra en su relación con una patología muy frecuente: la osteoporosis. A lo largo del mismo se resalta para que es importante el ejercicio en relación a esta enfermedad, destacando, de manera más específica, en un blog posterior cómo tratar la osteoporosis mediante la prescripción de ejercicio físico adecuado.
La osteoporosis, cuyo significado es “hueso poroso”, se trata de una enfermedad con una importante prevalencia e incidencia. Con ella, el nivel de masa ósea se ve disminuido y la microarquitectura del tejido óseo se deteriora. De este modo, los huesos se vuelven menos compactos y más frágiles, exponiéndose a un mayor riesgo de fractura.
Antes de continuar, es importante aclarar la relación entre la osteoporosis y el pico de masa ósea, es decir, la cantidad de masa ósea acumulada en los huesos. Este se alcanza, principalmente, antes de los 20 años y varía en función de diversos factores que serán tratados más adelante. Teniendo en cuenta este concepto, resulta imprescindible que, durante el crecimiento, los niños/as y jóvenes alcancen el máximo pico de masa ósea, previniendo de este modo la aparición de osteoporosis con el paso de los años.
Una vez es conocido el significado de esta patología, es normal que nos preguntemos qué personas tienen más probabilidades de desarrollarla. Se puede afirmar que las personas con mayor riesgo de osteoporosis son:
– Las mujeres, principalmente después de la menopausia.
– Las personas mayores.
– Las personas que siguen una dieta pobre en calcio y/o con insuficiente vitamina D.
– Los fumadores y/o consumidores de alcohol y café en exceso.
– Los casos con antecedentes familiares de esta enfermedad.
– Las personas muy sedentarias.
– Las personas que toman durante mucho tiempo determinados medicamentos (cortisona o sus derivados, antiepilépticos, hormonas tiroideas).
Otra de las cuestiones que solemos plantearnos es cómo es posible saber si una persona padece osteoporosis. En respuesta a la misma, hay que resaltar que esta patología no presenta síntomas hasta que no se produce una fractura. En relación con el diagnóstico, cabe destacar la densitometría como técnica que permite una medición precisa de la masa ósea y posibilita un diagnóstico precoz de la enfermedad.
Centrándonos en la importancia del ejercicio físico y su prescripción en pacientes con osteoporosis, antes de concretar una serie de recomendaciones específicas, debemos diferenciar entre los conceptos de prevención, que busca el aumento del nivel de masa ósea en edades tempranas, y tratamiento, centrado en la disminución de la pérdida de masa ósea en edades avanzadas y la minimización del riesgo de fracturas. La prevención consiste en la adopción de una serie de hábitos saludables relacionados con los factores de riesgo anteriormente mencionados. Principalmente, si se presta atención a la alimentación, al ejercicio físico y al consumo de tabaco y alcohol durante la niñez y la adolescencia, es posible alcanzar un pico de masa ósea elevado. Haciendo especial hincapié en el ejercicio, son recomendables las actividades de alto impacto con implicación de la propia carga corporal y con demandas de la mecánica del hueso, buscando una mejor salud ósea durante esta etapa. Respecto al tratamiento de la osteoporosis en edades más avanzadas, el ejercicio físico regular juega un papel muy importante, siempre combinado con una ingesta adecuada de calcio y vitamina D, una supresión del tabaco y del exceso de alcohol y el tratamiento farmacológico adecuado prescrito por el médico.
Finalmente, es interesante destacar que la actividad física tiene una incidencia directa sobre el tejido óseo a través de las tensiones provocadas en el hueso durante la realización del ejercicio físico. La acción de éstas cargas va a provocar una reorientación de las trabéculas para adaptar su masa y su arquitectura en la dirección principal de las cargas (Del Rio y Roig, 2001).
Si presenta uno o varios de los factores de riesgo mencionados y busca prevenir o tratar la aparición de la osteoporosis no dude en acudir al Centro Médico y de RehabilitaciónPremium Health & Sport donde un gran equipo multidisciplinar velará por su salud y calidad de vida, prescribiendo y supervisado el ejercicio físico que mejor se adapta a sus características particulares entre una amplia variedad de actividades.
BIBLIOGRAFÍA
– Del Rio, L.; Roig, D. (2001). Actividad Física y Calidad Ósea. Archivos de Medicina del Deporte 18, nº 83, pp. 211-2
– Geneeralitat Valenciana Conselleria de Sanitat (2012). Guía sobre la Osteoporosis.
– López Chicharro, J. y López Mojares, L. M. (2008). Fisiología Clínica del Ejercicio. Madrid: Médica Panamericana.
– Vicente-Rodríguez, G., Gómez-Cabello, A. y Casajús, J. A. (2013). Osteoporosis. Izquierdo, M. (Coord.) et al., Ejercicio físico es salud. Prevención y tratamiento de enfermedades mediante la prescripción de ejercicio.
Fuente foto: http://www.masmusculo.com.es/research/cientificos-descubren-una-cura-para-la-osteoporosis/