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Definición:
El nervio radial se origina de las raíces C5-T1, desde la axila pasa a la cara posterior del brazo, para inervar el músculo tríceps, siguiendo el canal de torsión. Después se ubica anterior al epicóndilo, donde se divide en una rama sensitiva anterior y una rama motora profunda o nervio interóseo posterior que rodea el cuello del radio. El nervio se divide, en las ramas superficiales y profundas inmediatamente proximal al borde superior de la capa superficial del músculo supinador (la arcada de Frohse)7, para inervar los extensores de la muñeca y los extensores de los dedos y el pulgar.
Es el responsable de la sensibilidad de la cara posterior y lateral de brazo y antebrazo, dorso de la mano y de los cuatro primeros dedos, y de la extensión y supinación de antebrazo, mano y dedos.6,7
Signos y síntomas:
La sintomatología del paciente está determinada por el nivel de atrapamiento, puede cursas con trastornos sensitivos, motores o mixtos. Presenta dolor y debilidad variable en la musculatura extensora y supinadora del antebrazo.1,3,4,6,7
Si la afectación se produce en el 1/3 proximal del miembro superior se puede observar una limitación de la rotación externa del movimiento del hombro y codo.3,4
Cuando existe afectación de los fascículos nerviosos de las ramas sensitivas, el dolor se irradia a la región dorso-distal de la mano acompañado de parestesias y disestesias. El dolor se localiza en la masa muscular extensora del antebrazo, la irradiación puede ser distal o hacia el hombro y el cuello, empeorando con la actividad física.2,6,7
También se observa una impotencia funcional en la musculatura extensora y supinadora del antebrazo. La pérdida de la función del nervio radial crea una disfunción significativa: la imposibilidad de extensión de la muñeca, no puede extender los dedos y presenta incapacidad para extender y abducir el pulgar, lo que le dificulta agarrar objetos; ocasiona debilidad para apretar la mano, también conocido como «caída de la muñeca”.7 La incapacidad para extender y estabilizar la muñeca impide el uso adecuado de los flexores extrínsecos para el cierre mano, por lo tanto, debilitamiento y la disminución de la coordinación.2,6,7,
Debido a estos signos y síntomas que puede presentar el paciente, se suele confundir con una epicondilalgia lateral, no siendo raro que coexistan.7
Localización:
La determinación de la ubicación exacta del dolor, es el primer paso en la evaluación. La gran mayoría de las lesiones de los nervios periféricos afectan las extremidades superiores y el nervio mayormente afectado es el nervio radial. Una de las causas más comunes son las fracturas diafisarias del húmero, por traumatismos directos o caídas y accidentes de tráfico. Su relación con la lesión del nervio radial se debe a factores anatómicos, ya que pasa pegado al húmero a partir del 1/3 medio de su diáfisis.1,2
Otra localización más frecuente donde se produce una lesión de dicho nervio es el atrapamiento en el tercio anterior del antebrazo. Mientras que el atrapamiento de la rama sensitiva del nervio radial en la articulación del codo es bastante raro, la rama profunda es particularmente vulnerable a las lesiones de compresión crónica que puede resultar en dos presentaciones clínicas distintas: síndrome del túnel radial resultado en déficits sensoriales, mientras que el nervio interóseo posterior (PIN) resulta en parálisis.6,7
Trabajos de riesgo:
Las lesiones traumáticas de las extremidades superiores pueden causar daños, a menudo permanente, que afecta tanto a las actividades funcionales del día a día como a las actividades deportivas.2
Trabajos en los que se produce un apoyo prolongado y repetido de forma directa o indirecta sobre las correderas anatómicas que provocan lesiones nerviosas por compresión. Movimientos extremos de hiperflexión y de hiperextensión. Trabajos que entrañen contracción repetida del músculo supinador largo.
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BIBLIOGRAFÍA
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2. Shah J, Marson BA. A case report of periprosthetic fracture left proximal humerus with radial nerve palsy following pectoralis major repair. Clin Case Rep. 2015 Jun;3(6):468-71. doi: 10.1002/ccr3.278. Epub 2015 Apr 22.
3. Alsubhi FS, Althunyan AM, Curtis CG et al. Radial nerve palsy in the newborn: a case series. CMAJ. 2011 Sep 6;183(12):1367- 70.
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6. Moradi A, Ebrahimzadeh MH, Jupiter JB. Radial Tunnel Syndrome, Diagnostic and Treatment Dilemma. Arch Bone Jt Surg. 2015 Jul;3(3):156-62.
7. Clavert P, Lutz JC, Adam P, Wolfram-Gabel R, Liverneaux P, Kahn JL. Frohse’s arcade is not the exclusive compression site of the radial nerve in its tunnel. Orthop Traumatol Surg Res. 2009 Apr;95(2):114-8. doi: 10.1016/j.otsr.2008.11.001. Epub 2009 Mar 17.