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La cambios hormonales durante la menstruación afectan al tejido musculoesquelético. El entrenamiento y las competiciones deben tener en cuenta el calendario menstrual para adaptar el volumen y carga de cada sesión.
Ciclo Menstrual
El ciclo menstrual es definido como un proceso biológico de la mujer que tiene un origen hormonal y cuya finalidad es preparar el cuerpo de la mujer para el embarazo. El ciclo menstrual está regulado principalmente por 2 hormonas, la hormona luteinizante (LH) y la hormona foliculoestimulantes (FSH) que son las responsables de promover la ovulación del ciclo menstrual y estimular los ovarios para generar la producción de progesterona y estrógenos [1]
El ciclo menstrual consta de 3 fases.
- Fase folicular: es la 1ª fase del ciclo. Al inicio de esta fase los niveles de estrógeno y progesterona son bajos. Al finalizar la fase, se produce un aumento muy relevante de la hormona LH, a causa de un aumento considerado del nivel de estrógenos.
- Fase ovulatoria: Es la fase más corta y comienza con un pico muy elevado de estrógenos que poco a poco va descendiendo hasta unos niveles medios.
- Fase lútea: Es la última fase del ciclo, durante su transcurso se produce un aumento de los niveles de progesterona debido al paso del óvulo a cuerpo lúteo. Durante esta fase los niveles de estrógenos también se encuentran elevados. En caso de que el óvulo no fertilice o no se acabe implantando, los niveles de estrógenos y progesterona disminuyen dando lugar a un nuevo ciclo menstrual. [1]
Riesgo de lesión y menstruación
En la actualidad en el deporte femenino, una de las herramientas utilizadas para la prevención de lesiones es el control del ciclo menstrual. El seguimiento del calendario del ciclo menstrual es una alternativa que nos permite ajustar las cargas y los volúmenes de entrenamiento a las diferentes fases del ciclo menstrual de cada mujer [2]
Se ha teorizado que el ciclo menstrual es un factor que podría incidir y por tanto modificar el riesgo de lesiones en mujeres deportistas, debido a que las fluctuaciones cíclicas de las hormonas reproductoras como el estrógeno y la progesterona, pueden influir en los tejidos musculoesqueléticos, como los músculos, los tendones y los ligamentos y relacionado con estas últimas estructuras, el estrógeno es la hormona que se encarga de sintetizar el colágeno y puede hacer que los ligamentos de las mujeres sean más susceptibles a lesiones al afectar directamente al metabolismo de los mismos [3] [4]
Con la profesionalización de algunos deportes femeninos como es el caso del fútbol, las demandas de entrenamientos y competiciones han aumentado de manera muy significativa en los últimos años, generando a su vez un incremento de la incidencia lesional que además se asocia con costes más elevados. Además en el caso de las jugadoras de futbol, un total de un 21% tiene más ausencias que los hombres principalmente debido a una mayor incidencia de lesiones graves de ligamentos tanto de rodilla como de tobillo y en el caso de la rodilla, las lesiones del ligamento cruzado anterior ocurren de 2 a 8 veces más a menudo en las jugadoras de futbol, aspecto que lleva a algunos autores a sugerir que el sexo femenino en sí mismo es un factor de riesgo. [5][6][7][8][9]
Se ha llegado a concluir que la laxitud de la rodilla, varía dentro del ciclo menstrual, siendo los valores más elevados durante la ovulación, seguida de la fase lútea, mientras que la laxitud más baja se ha encontrado en la fase folicular del ciclo; sin embargo no se ha podido concluir que los periodos de mayor laxitud estén correlacionados de manera directa con un mayor número de lesiones de rodilla. Por lo tanto no podemos asegurar que exista una relación directa entre las fluctuaciones hormonales del ciclo menstrual y la laxitud de la articulación de la rodilla ni tampoco con sus respectivas lesiones como por ejemplo la lesión de ligamento cruzado anterior (LCA). [10]
En conclusión, los cambios hormonales durante el ciclo menstrual no solo pueden afectar a variables físicas y funcionales, como la laxitud de la rodilla, el control postural o la función cognitiva que están relacionadas con el control del movimiento, sino que también puede afectar la instancia principal del control del movimiento, es decir, nuestro cerebro. Las hormonas sexuales pueden tener un impacto de gran alcance en la función cerebral, tanto con consecuencias conductuales como con cambios en el procesamiento neuropsicológico [11]
PUNTOS A TENER EN CUENTA
- El control del ciclo menstrual es una herramienta útil en el trabajo de prevención de lesiones
- No se puede asegurar que exista una relación directa entre las lesiones ligamentosas y las fases del ciclo menstrual
- Los cambios que se producen durante el ciclo menstrual afectan tanto a nivel físico como a nivel cognitivo.
TIPS
- Seguimiento del calendario del ciclo
- Aumento lesional por la profesionalización del deporte femenino
- La laxitud ligamentosa varia durante el ciclo.
BIBLIOGRAFÍA
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