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¿Qué es el concepto Halliwick?
El Concepto Halliwick es en la actualidad la herramienta terapéutica más utilizada de la Terapia Acuática dirigida al paciente neurológico. Su aplicación implica una visión global del paciente teniendo en cuenta aspectos cognitivos, afectivos y motores.
A finales de los años 40 James Mc Millan, en Inglaterra, elaboró el Concepto Halliwick y diseñó el programa de 10 puntos, pilar imprescindible para el desarrollo de las habilidades acuáticas. Para ello, estudió los efectos físicos del agua y sus consecuencias en el ser humano e implementó técnicas pedagógicas, para conseguir de una manera más divertida integrar las nuevas destrezas (1).
El trabajo con Halliwick comienza con la valoración del paciente planteando unos objetivos realistas en seco y se completa, con un test específico de evaluación de la adaptación mental y funcional al medio acuático, WOTA 1 y 2(2) y SWIM (3). Teniendo como base las capacidades de cada individuo, se marcan unos objetivos específicos y se crea un programa de tratamiento.
Las sesiones podrán ser individuales o grupales, pero sea cual sea la modalidad elegida, la prioridad es conseguir las metas establecidas en la valoración. Para ello, el juego y la diversión forman parte fundamental de Halliwick, puesto que el cerebro trabaja de manera más eficaz cuando se le proponen tareas a resolver y busca estrategias para salir adelante. Si además, es una actividad divertida, entonces la motivación mejora el rendimiento y, si el entorno es estimulante, como una piscina, la combinación resulta óptima para la consecución de los objetivos que están consensuados.
El programa 10 puntos
Es la herramienta exclusiva del Concepto. Está dispuesto en un orden lógico de progresión para alcanzar una buena adaptación mental, control del equilibrio y finalmente, movimiento en el agua. Los puntos son los que enumeramos a continuación(4):
1.- Adaptación Mental
2.- Suelta
3.- Control de la Rotación Transversal
4.- Control de la Rotación Sagital
5.- Control de la Rotación Longitudinal
6.- Control de la Rotación Combinada
7.- Inmersión Mental
8.- Equilibrio en la Inmovilidad
9.- Arrastre por las corrientes
10.- Propulsión y brazada simple.
En el proceso del aprendizaje del programa de 10 puntos es fundamental no sólo tener como meta conseguir el desplazamiento en el agua, la natación, sino ponderar cada avance, que supone un nuevo reto y un objetivo terapéutico.
La adaptación mental y la suelta implican dos desafíos en los que el terapeuta debe estar completamente involucrado con el nadador, puesto que el éxito es común. Entrar en el medio acuático puede ser muy estimulante, pero el control respiratorio y desarrollar nuevas formas de equilibrio y desplazamiento necesita de un acompañamiento concreto donde se enseñe como utilizar el soplo, la flotación, la densidad y la presión de forma eficiente, con directrices claras y soporte adecuado. Por ello, los terapeutas son considerados el Flotador inteligente, que teniendo en cuenta todos estos factores, hacen que el nadador los integre y se sienta cómodo en un medio diferente.
El manejo de los tres ejes y la combinación de los mismos son la base para concienciar al paciente de un entorno donde el movimiento se realiza bajo nuevas leyes de la física: sin apoyos y añadiendo la existencia de la Fuerza de Flotación que altera sin remedio los patrones de movimiento ya conocidos.
El uso adecuado, por separado o en combinación, del control y realización del movimiento a lo largo de los tres ejes, nos da la oportunidad de que nuestro cerebro busque nuevas vías para resolver dilemas antes desconocidos. Las situaciones, por tanto, deben ser estimulantes pero a la vez conceder a la persona la capacidad de poder resolverlas. Este coctel lo conseguimos creando una tarea alcanzable gracias a los soportes dados por el terapeuta y el tipo de actividad propuesta que se debe ajustar a su nivel cognitivo, físico y social de manera individual.
La inmersión mental propone a nuestro nadador la experiencia de integrar la peculiaridad que supone sumergirse en el medio acuático y emerger de él, sin quedarse atrapado en el fondo de la piscina. Las virtudes del control respiratorio, el desplazamiento en aguas profundas, la sensación de la posibilidad de emerger dan al cerebro múltiples sensaciones antes desconocidas que junto con los beneficios a nivel músculo-esquelético y cardio-respiratorio implican un punto muy positivo a trabajar para todos los pacientes con alteraciones neurológicas.
El punto 7 y 8, el equilibrio en la inmovilidad y el arrastre por las corrientes de turbulencias requieren un gran dominio del control de los ejes, puesto que es cuando adquieres esta destreza, en el momento en el que se desarrolla la precisión suficiente para flotar en el agua, e incluso desplazarse y controlar dicho equilibrio.
Por último, el desplazamiento implica la satisfacción de la consecución de una destreza nueva, NADAR, pero con peculiaridades dependientes del paciente concreto.
El paso por el programa de 10 puntos es pilar fundamental para el desarrollo del Concepto Halliwick, pero tiene que estar integrado en un programa donde se trabaje acorde a los objetivos marcados en seco y en agua para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Bibliografía:
1.- McMillan P. The Halliwick Story. London: Halliwick Association of Swimming Therapy. 2002. Disponible en: https://archive.is/20121224035228/http://www.halliwick.org.uk/html/history.htm
2.- Tirosh R, Katz-Leurer M, Getts M (2008). Halliwick-based aquatic assessments: reliability ans validity. Int J Aquat Res Educ. 2008; 2: 224-236.
3.- Peacock K. Swimming with Independent Measurement: 7. manual for evaluation. London: Halliwick Association of Swimming Therapy; 1993.
4.- Maes J.P, Gresswell A. The halliwick Concept for clients with cerebral palsy or similar conditions. BABTT Newsletter . 2010; Issue n 62.