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Un rotura muscular o rotura fibrilar es una discontinuidad del tejido muscular estriado que puede ir acompañada de sangrado y hematoma.
Según el grado de la lesión tendremos:
- Distensión muscular de primer grado. Algunas fibras musculares pueden haberse estirado o incluso roto. El movimiento activo es doloroso pero con amplitud completa.
- Rotura fibrilar parcial o de segundo grado. Es la más típica, hay rotura de fibras musculares, la contracción activa del músculo es muy dolorosa y se puede llegar apreciar una depresión palpable en el vientre del músculo. Produce edema y hemorragia.
- Rotura fibrilar total o de tercer grado. El paciente es incapaz de realizar contracción muscular activa. El músculo no responde. Tendremos que valorar un tratamiento convecional o la posibilidad de intervención quirúrgica.
La rotura muscular va precedida por el fracaso y alteración del sistema propioceptivo neurológico por causas de diferente naturaleza, como puede ser la falta de calentamiento, el acortamiento muscular, la fatiga física del deportista o paciente, un movimiento excesivo por gesto accidental o deportivo, un golpe o traumatismo directo, o la combinación de ellas.
La primera fase o fase inflamatoria de la rotura muscular, que se extiende desde el mismo instante de la lesión hasta pasadas las primeras 24h aproximadamente, se caracteriza por un dolor agudo e intenso (normalmente precedido por un chasquido en ocasiones audible conocido como “signo de la pedrada”), inflamación y edema con o sin sangrado de la zona según el grado de la rotura, acumulando durante dicha fase sustancias de desecho a nivel local y muerte isquémica secundaria provocada posteriormente por extensión del tejido lesionado. El tratamiento de elección es la aplicación de hielo, con vendaje de compresión, reposo relativo y masaje drenante tipo drenaje linfático manual.
En una segunda fase de la rotura muscular, de duración variable en días, se inician los procesos de cicatrización fisiológica, con limpieza de sustancias no deseables y restablecimiento de la circulación, añadiendo al tratamiento masaje transverso, estiramientos y movimientos suaves.
Por último, en la tercera fase de la rotura muscular que suele coincidir con la 3ª o 4ª semana (21-28 días), concluye definitivamente el proceso de cicatrización y remodelación del tejido, así como la integración del patrón de movimiento en el sistema propioceptivo adaptado en una nueva realidad del esquema corporal. Se añade masaje transverso más potente, estiramientos, ejercicios excéntricos e incorporación progresiva al movimiento o actividad habitual, siendo esta última fase la más variable de todas en cuanto a su duración en el tiempo.
Debemos entender que estos plazos de recuperación son teóricos y pueden variar según la extensión o grado de la rotura muscular, la condición física de base del paciente o deportista y al tratamiento de elección y recuperación funcional más correcta desde el mismo instante de la lesión. Analizamos en todo momento el caso clínico de cada deportista o paciente proponiendo un tratamiento fisioterápico y de recuperación funcional adaptado a sus necesidades, sin incluir ningún tipo de receta ni protocolo estandarizado, modificando las opciones terapéuticas que disponemos según la evolución del paciente o deportista y apoyándonos en todo momento en el equipo multicisciplinar que compone el centro médico Premium Health & Sport.