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En la anterior entrada, os explicábamos qué es la hidroterapia o terapia acuática. En este post ahondamos en la explicación del porqué de los beneficios que se obtienen para el paciente con los ejercicios que se pueden realizar.
La aplicación de la terapia manual en lesiones agudas en el medio acuático produce mayor estimulación de los mecanorreceptores que ya están estimulándose por las propiedades del agua. Esta aplicación de diferentes técnicas de masaje y/o diferentes presiones ayudan y favorecen que mejoren la lesión y el esquema corporal. De igual manera ayuda a un mejor trabajo y control en patologías como la escoliosis y otras patologías de columna7,8, así como en lesiones deportivas como rotura de ligamentos cruzados y/o tendinitis.
También hay mejores beneficios en la aplicación de técnicas de movilización lenta mantenida. Aprovechándonos de la disminución de la sobrecarga articular y la mejora de amplitud de movimiento que nos ofrece el agua, podemos aplicar técnicas de movilización lenta en posiciones ajustadas de mayor amplitud articular1, que en lesiones agudas, debido al dolor, no podríamos aplicarlas en el medio terrestre tras pasar semanas o meses; y que en lesiones crónicas no se podrían aplicar por haber entrado en bucle vicioso de la lesión.
La temperatura y la sensación de bienestar psicológico4 que te produce el agua sumada a la liberación de endorfinas que produce una movilización rápida y corta (manipulación) aumentan esa sensación de bienestar en el paciente mejorando su rápida recuperación.
La inmersión del cuerpo en el agua nos hace ser más ligeros, por lo que nos ayuda a trabajar de forma eficiente y eficaz el control postural. Éste efecto del agua sumado a mantener una posición de manera estable y relajada, sin movimientos compensatorios1,3,6 de brazo, piernas o tronco nos da una herramienta buena a la hora de poder realizar una técnica de neurodinamia.
La neurodinamia se define como la movilización del sistema nervioso periférico para tratar síntomas musculares, articulares o en cualquier punto del recorrido del nervio donde se ha producido una tensión neural, es decir, donde las estructuras nerviosas no se mueven correctamente. Pueden producirse por tensión, por compresión o por fricción, como en hernias lumbares con afectación del nervio o síndrome del piramidal entre otras. Mediante movilizaciones muy específicas se pueden descomprimir o liberar nervios atrapados por otros tejidos mejorando o eliminando el dolor que ello supone. La ingravidez por sumergirte, la estimulación de los receptores de la piel, el deslizamiento del cuerpo por el agua manteniendo un control postural sumado a un deslizamiento neural, hace que la terapia sea más efectiva disminuyendo el dolor y permitiendo avanzar al paciente en su lesión.
A diferencia de la rehabilitación activa guiada por un especialista en la actividad física y deporte (INEF o CAFID) en piscina, la fisioterapia en el agua nos permite trabajar las lesiones traumáticas o deportivas de forma más específica, trabajando el complejo artro-neuro-muscular, pero a su vez teniendo en cuenta, al igual que esa rehabilitación activa, la lesión desde un punto más global.
Esto quiere decir que la fisioterapia en el agua nos permite aplicar técnicas específicas y/o globales que podemos aplicar fuera del agua, pero aplicadas en un medio facilitador permitiendo así una mejor recuperación y una prevención futura de la lesión. Toda fisioterapia en agua va seguida y/o complementada por la ayuda de un INEF o CAFID.
En el Centro Médico y de Rehabilitación Premium Health & Sport disponemos de un equipo humano en constante formación e instalaciones para llevar a cabo la recuperación de lesiones traumáticas y deportivas en el medio acuático en las mejores condiciones.
Bibliografía
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