Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 46 segundos
Con la finalidad de identificar los posibles trastornos así como preveer sus consecuencias funcionales debe realizarse una precisa evaluación clínica de la motricidad, evaluando las aptitudes motrices del niño.
La metodología consiste en identificar y evaluar las anomalías que aparecen en la motricidad espontánea y en la motricidad provocada mediante unas maniobras definidas las cuales, producen de forma automática reacciones antigravitatorias y de desplazamiento. Se trata de realizar una evaluación clínica factorial que permita distinguir de manea precoz las anomalías patológicas de las anomalías transitorias, o en su caso, confirmar la normalidad motriz. En el caso de hallar un caso patológico, nos ayudará a establecer una estrategia de educación terapéutica de la motricidad a corto y largo plazo.
El objetivo del examen clínico es la valoración de la calidad de la regulación de la motricidad en la ejecución de los movimientos, en la que se estudiarán:
La evaluación de la motricidad espontánea: La observación se puede hacer tanto en decúbito prono como en decúbito supino.
Se observa:
- La calidad del mantenimiento antigravitatorio de las extremidades.
- La sincronización de los movimientos: de los diferentes segmentos de las extremidades, de las mismas extremidades, o de miembros superiores y el eje del cuerpo.
- La selectividad, es decir, la aparición de movimientos de un segmento cuando los otros están estables
La evaluación de la motricidad provocada y dirigida: evaluación de las aptitudes automáticas innatas y de la motricidad voluntaria.
Se observa:
- Las posturas anormalesy se nota si bajo una estimulación de tipo roce, la postura anormal se corrige un poco, ligera o totalmente.
- Las reacciones antigravitatorias refuerzan las posturas anormales a nivel de los miembros.
- La insuficiencia de las respuestas antigravitatorias del eje del cuerpo en el mantenimiento, a las aceleraciones y las posibilidades de refuerzo en un tiempo más o menos largo mediante la motricidad voluntaria.
La evaluación mediante la movilización pasiva: El objetivo de la movilización pasiva es valorar la elongación muscular debidas a la visco-elasticidad, y por otro lado, el poner en evidencia la existencia de un reflejo miotático patológico.
Podemos hacerlo de dos formas:
- A velocidad lenta para evaluar las posibilidades de alargamiento según la fuerza visco-elástica opuesta.
- Con aceleración, para identificar el reflejo miotático: Se registra la velocidad necesaria para provocar la contracción refleja, el ángulo donde el examinador encuentra la contracción refleja, la fuerza de la contracción y la duración.
En el niño con algún tipo de trastorno, los músculos que pierden en primer lugar sus posibilidades de alargamiento son el sóleo y los gemelos seguido de los aductores, isquiotibiales y los pronadores de las extremidades superiores.
Por ello, el terapeuta debe llevar a cabo una evaluación sistemática de estos músculos y evitar así una evolución negativa que requiera finalmente la intervención del cirujano ortopeda para la realización de una tenotomía.
Los datos del examen se utilizan para establecer una estrategia en la educación terapéutica precoz de la motricidad o de la reeducación a corto y a largo plazo.
En Premium Health & Sport contamos con profesionales adecuados para poder valorar posibles afectaciones de su bebé.