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INTERVENCIONES PSICOLÓGICAS PARA CONTROLAR EL DOLOR CRÓNICO
El dolor crónico afecta a millones de personas en todo el mundo, teniendo un impacto significativo tanto a nivel personal como social. Cuando los tratamientos tradicionales como los medicamentos y la fisioterapia no son suficientes, las intervenciones psicológicas se presentan como una alternativa prometedora. En este blog, exploraremos las investigaciones y avances más recientes en este campo, destacando los enfoques más efectivos y los factores que contribuyen a su éxito.
La ciencia detrás de las intervenciones psicológicas
Las intervenciones psicológicas para el dolor crónico se basan en la idea de que los factores psicológicos y emocionales juegan un papel crucial en la experiencia del dolor. Estudios recientes han demostrado que el dolor no es solo una sensación física, sino que también está influenciado por el estado emocional, las creencias y las actitudes de la persona hacia su dolor (Driscoll et al., 2021).
Uno de los enfoques más investigados es la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que perpetúan el dolor, así como la gestión emocional del estado de ánimo que provoca la sensación constante de sufrimiento. La TCC ha demostrado ser efectiva en reducir la intensidad del dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes (Bérubé et al., 2021).
Otro enfoque prometedor es la terapia de aceptación y compromiso (ACT), que ayuda a los pacientes a aceptar su dolor y comprometerse con acciones que alineen con sus valores personales, promoviendo una vida significativa a pesar del dolor (McCracken, 2023).
Integrar ambos enfoques ayuda a los pacientes a gestionar mejor su dolor y todas las implicaciones del mismo.
Factores de riesgo y causas, ¿por qué el dolor crónico requiere un enfoque psicológico?
El dolor crónico puede tener muchas causas, como lesiones físicas, enfermedades degenerativas y condiciones neurológicas. Sin embargo, su persistencia y severidad
a menudo están influenciadas por factores psicológicos como el estrés, la ansiedad y la depresión (Cohen et al., 2021). Estas condiciones pueden amplificar la percepción del dolor y crear un ciclo vicioso en el que el dolor aumenta el malestar emocional y viceversa.
Tipos de terapias psicológicas beneficiosas para el dolor crónico
Las intervenciones psicológicas abarcan varios enfoques que se han demostrado efectivos para tratar el dolor crónico. A continuación, describimos algunas de las terapias más destacadas según la investigación reciente, incluyendo la educación al paciente en neurociencia del dolor.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
La TCC es una de las terapias más estudiadas y utilizadas para el manejo del dolor crónico. Este enfoque se centra en identificar y modificar patrones de pensamiento negativos y comportamientos que pueden exacerbar la percepción del dolor. La TCC ayuda a los pacientes a desarrollar habilidades de afrontamiento, mejorar su estado de ánimo y reducir la intensidad del dolor. Según Driscoll et al. (2021), la TCC ha mostrado resultados positivos en la reducción del dolor y la mejora de la funcionalidad en los pacientes, proporcionando herramientas prácticas para manejar el dolor de manera más efectiva.
Se trata de trabajar las creencias e interpretaciones del paciente sobre su dolor, la gestión de las emociones que le suscita y las conductas que presenta para el manejo de su dolor. Trabajando en estos tres puntos, los pacientes aprenden estrategias que les ayuda a afrontar el dolor de manera más adaptativa e incluso modificar conductas o implementar modificaciones en sus actividades diarias que le ayudan a manejar mejor el dolor.
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
La ACT se enfoca en ayudar a los pacientes a aceptar su dolor en lugar de luchar contra él, y a comprometerse con acciones que se alineen con sus valores personales. Este enfoque promueve la flexibilidad psicológica y fomenta una vida significativa a pesar del dolor. McCracken (2023) destaca que la ACT no solo reduce la percepción del dolor, sino que también mejora la calidad de vida general de los pacientes al fomentar una actitud de aceptación y resiliencia.
Cuando un paciente aprende a aceptar y controlar el dolor, aumenta su autoconcepto y sensación de capacidad y productividad en sus actividades diarias, pues puede controlar la intensidad del dolor percibida.
Terapia Basada en Mindfulness
Las terapias basadas en mindfulness, como la Reducción de Estrés Basada en Mindfulness (MBSR), se centran en cultivar una conciencia plena del momento presente sin juzgar las experiencias internas. Estas terapias pueden ayudar a los pacientes a reducir la reactividad emocional al dolor y a mejorar su bienestar general. Norman-Nott et al. (2022) señalan que las intervenciones centradas en el mindfulness son efectivas para disminuir la intensidad del dolor y mejorar la calidad de vida, gracias a su capacidad para reducir el estrés y la ansiedad asociados con el dolor crónico.
Aprender a manejar en foco atencional (y otros componentes de la atención), para no centrarlo en el dolor, ayuda a los pacientes a disminuir la percepción de este, y a la vez, a disminuir las emociones negativas consecuencia suscitadas por el dolor.
Terapia Cognitivo-Conductual Integrada para el Dolor (ICBT)
La ICBT es una versión adaptada de la TCC que incorpora elementos específicos para el manejo del dolor crónico. Esta terapia combina técnicas cognitivo-conductuales con estrategias educativas sobre el dolor, ayudando a los pacientes a comprender mejor su condición y a desarrollar habilidades específicas para su manejo. Según Bérubé et al. (2021), la ICBT ha demostrado ser eficaz no solo en la reducción del dolor, sino también en la prevención de su cronicidad al abordar tanto los aspectos cognitivos como los emocionales del dolor.
Aprender los patrones neurológicos del dolor y cómo podemos influenciar en ellos, ayuda a los pacientes a percibir una mayor capacidad de control, reduce la incertidumbre y las emociones negativas que acompañan al dolor.
Terapias Basadas en la Emoción
Estas terapias se centran en abordar las emociones subyacentes que pueden estar vinculadas al dolor crónico. Estrategias como la terapia centrada en las emociones (EFT) y la terapia de procesamiento emocional ayudan a los pacientes a identificar y expresar emociones reprimidas que pueden contribuir a la experiencia del dolor. La revisión de Karimian et al. (2023) sugiere que las terapias basadas en la emoción pueden ser particularmente útiles para pacientes con experiencia de dolor muy
relacionada con factores emocionales, proporcionando un enfoque integral para manejarlo.
Cuando el dolor es consecuencia de la emoción, aprender a abordar una gestión más adaptativa de las mismas, reduce la percepción del dolor y aumente la funcionalidad del paciente.
Educación en Neurociencia del Dolor
La educación en neurociencia del dolor es un componente crucial que se integra en muchas de las terapias mencionadas. Este enfoque educativo ayuda a los pacientes a entender cómo funciona el sistema nervioso y cómo se procesa el dolor en el cerebro. Al desmitificar el dolor y explicar su naturaleza neurobiológica, los pacientes pueden reducir el catastrofismo y el miedo al dolor, lo que a su vez puede disminuir la percepción del dolor y mejorar la capacidad de afrontamiento. Cohen et al. (2021) subrayan la importancia de la educación en neurociencia del dolor como parte de un enfoque multidisciplinario para el manejo del dolor crónico. Los pacientes que comprenden mejor los mecanismos del dolor suelen sentirse más empoderados y capaces de participar activamente en su propio tratamiento.
Conclusión
Las diversas terapias psicológicas, junto con la educación en neurociencia del dolor, ofrecen múltiples beneficios para el tratamiento del dolor crónico, permitiendo a los pacientes abordar tanto los aspectos físicos como emocionales de su condición. La elección de la terapia adecuada depende de las necesidades y preferencias individuales de cada paciente, y la combinación de diferentes enfoques puede maximizar los resultados positivos.
En Rehabilitación Premium Health & Sport, contamos con un equipo de profesionales especializados en el manejo del dolor crónico mediante intervenciones psicológicas y educación en neurociencia del dolor. Descubre más sobre cómo podemos ayudarte.
Bibliografía
- Driscoll, M., Edwards, R., Becker, W., Kaptchuk, T., & Kerns, R. (2021). Psychological interventions for the treatment of chronic pain in adults.
- Psychological Science in the Public Interest, 22, 52-95. https://doi.org/10.1177/15291006211008157
- Cohen, S. P., Vase, L., & Hooten, W. (2021). Chronic pain: An update on burden, best practices, and new advances. *The Lancet*, 397, 2082-2097. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)00393-7
- McCracken, L. (2023). Personalized pain management: Is it time for process-based therapy for particular people with chronic pain? *European Journal of Pain*, 27, 1044-1055. https://doi.org/10.1002/ejp.2091
- Norman-Nott, N., Hesam-Shariati, N., Cashin, A., Wewege, M., Rizzo, R. R. N., Wilks, C. R., Quidé, Y., McAuley, J., & Gustin, S. (2022). Evaluation of emotion-centric psychological interventions for chronic pain: Protocol for a systematic review and meta-analysis. *BMJ Open*, 12. https://doi.org/10.1136/bmjopen-2022-063102
- Bérubé, M., Martorella, G., Côté, C., Gélinas, C., Feeley, N., Choinière, M., Parent, S., & Streiner, D. (2021). The effect of psychological interventions on the prevention of chronic pain in adults. *The Clinical Journal of Pain*, 37, 379-395. https://doi.org/10.1097/AJP.0000000000000922
- Karimian, F., Saadat, S., & Hosseininezhad, M. (2023). Chronic pain and psychological interventions: A systematic review. *Iranian Journal of Neurosurgery*. https://doi.org/10.32598/irjns.9.8