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La práctica diaria del fisioterapeuta se ve influenciada por distintos tipos de métodos y formas de trabajar. Una de las corrientes que más se emplea son los llamados conceptos australianos, dónde encontramos métodos como Mulligan (fisioterapeuta neozelandés), Maitland ó McConnell, y todos ellos se caracterizan por buscar la recuperación de la patología de una manera activa, integrando al paciente, no sólo mediante la realización de ejercicios activos específicos encaminados a una vuelta correcta a su actividad habitual, deporte etc., sino también durante el mismo proceso de recuperación y reeducación funcional.
El método McConnell, diseñado por la fisioterapeuta australiana Jenny McConnell, se caracteriza por una valoración global del sujeto, buscando todos aquellos aspectos que estén resultando lesivos en la patología del sujeto, tanto posturales como dinámicos (actividades físicas, deportivas, laborales). La postura del sujeto y de la articulación en cuestión (que genera síntomas) se integra en cómo se mueve esa misma articulación afecta y sus articulaciones vecinas y el propio paciente en sus actividades habituales.
Con todos estos datos el método McConnell se centra, no sólo en la realización de ejercicios activos específicos para cada paciente sino en que éstos de realicen previa descarga del tejido blando causante del dolor, utilizando para ello vendajes funcionales con tape. De esta manera la efectividad del tratamiento es mayor, ya que los ejercicios se hacen sin los tejidos afectos en tensión y con el segmento lesionado recibiendo una correcta información propioceptiva.
Finalmente, queda añadir que no sólo la valoración, ejercicios y vendaje tienen un papel fundamental en este método. Cabe destacar el papel que desempeñaremos mediante el llamado control motor, que no es otra cosa que entrenar al paciente en conocer y ejecutar los movimientos de una manera correcta y coordinada.