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El linfedema es una de las secuelas más frecuentes tras el cáncer de mama. Una de cada cinco mujeres acaba desarrollándolo, con una mayor frecuencia dentro de los tres primeros años tras finalizar el tratamiento. A veces aparece más precoz, otras tardíamente.
La causa puede ser extirpación de ganglios linfáticos cuando se extirpa el tumor o el tratamiento de radioterapia. Se trata de una enfermedad crónica con diferentes grados de afectación que conlleva es una disminución en la funcionalidad y calidad de vida de las personas afectadas.
El linfedema es un acúmulo de líquido intersticial en el tejido como resultante de un mal funcionamiento del sistema linfático. En el caso de los linfedemas después de una mastectomía o tratamiento por cáncer de mama, el edema puede producirse porque se han extirpado ganglios con la cirugía o por que la cicatrización o la radioterapia han favorecido la fibrosis del tejido, dificultando el flujo linfático o destruyendo vasos. Este déficit puede producir un desequilibrio entre el líquido que se acumula y la capacidad del sistema linfático para reabsorberlo. En este caso, situaciones de la vida diaria como llevar una prenda ajustada, pincharse o tomarse la tensión en ese brazo pueden suponer un traumatismo que genere una irritación que el sistema linfático no puede hacer frente. Este líquido, la linfa es rico en proteínas y si permanece mucho tiempo en el tejido sin ser evacuado, estas proteínas se acumulan, dándole al tejido una consistencia más dura y menos elástica y haciendo la piel más frágil. De ahí la importancia de la prevención y el tratamiento precoz del linfedema.
Atendiendo a la parte más física del edema, hablaríamos de linfedema si apreciamos un aumento de volumen de 2 cm o más en el perímetro de parte o todo el miembro. Pero si atendemos al modelo biopsicosocial de la salud, también habría que valorar otros aspectos como más subjetivos como alteración de la sensibilidad, sensación de pesadez, diferente coloración, impacto en la vida social… Antes de la aparición de un aumento notable del tamaño del brazo, la persona puede notar ya síntomas como pesadez.
El avance en las técnicas quirúrgicas, por ejemplo, la técnica del ganglio centinela, está consiguiendo reducir la incidencia y probabilidad del linfedema, ya que reduce el número de ganglios extirpados, haciéndolo sólo cuando es necesario. En cualquier caso, cualquier persona que haya pasado por un tratamiento por cáncer de mama debe observar unos cuidados preventivos para evitar la aparición del linfedema.
En cuanto al edema ya instaurado, el tratamiento que se ha demostrado como más efectivo para atacarlo es la terapia descongestiva compleja, que suma los efectos del drenaje linfático manual , medidas compresivas, cuidados de la piel y ejercicio activo por parte del paciente.
Para más información o tratamiento de este problema puede dirigirse a los especialistas en drenaje linfático manual de nuestro centro Premium Health & Sport
Foto:
http://www.boloncol.com/boletin-22/linfedema-postmastectomia-manejo-en-rehabilitacion.html