La endometriosis es una enfermedad inflamatoria crónica estrógeno-dependiente caracterizada por la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina.
La etiología de esta enfermedad sigue siendo desconocida, pero se sabe que está influenciada por factores genéticos, inmunes y endocrinos. Afecta a un 5-15% de las mujeres en edad fértil, de las cuales el 30-50% presentan infertilidad.
Además, contamos con vídeo de un caso real de paciente que ha sufrido endometriosis. Nos explica en qué cosiste, cómo ha sido su tratamiento y las mejoras que ha notado gracias a la fisioterapia.
¿Qué dieta se debe seguir si padeces endometriosis?
Puesto que la endometriosis es una enfermedad inflamatoria y además tiene una clara conexión con el estrés oxidativo, la dieta tiene que ser por un lado antiinflamatoria y por otro ser antioxidante.
Además, es necesario evitar los contaminantes que actúan con estrógenos externos.
Antioxidantes
El estrés oxidativo se define como un desequilibrio entre las especies reactivas de oxígeno reactivo (ROS en inglés) y los antioxidantes. Éste puede estar implicado en la fisiopatología de la endometriosis causando una respuesta inflamatoria general en la cavidad peritoneal.
Así, se ha demostrado que el sistema antioxidante de las mujeres con endometriosis es más bajo que en mujeres sanas.
Esta puede ser una de las razones por las cuales la ingesta de verduras y frutas, ricas en antioxidantes está asociada a menor riesgo de endometriosis.
Estos alimentos contienen en su composición diferentes componentes bioactivos como los carotenoides y flavonoides que ejercen un efecto antioxidante además de antiinflamatorio.
Para aumentar el poder antioxidante de los alimentos es importante conocer cuál es la mejor manera de cocinarlos.
De manera general, mantienen mejor sus propiedades cuando son cocinados al vapor, en comparación a la cocción. Pero hay alguna excepción, por ejemplo, algunos alimentos, como la zanahoria o el apio, son más beneficiosos en crudo y otros como el tomate, aumenta su biodisponibilidad de nutrientes al sofreírlo en aceite de oliva.
Inflamación
Los ácidos grasos ingeridos con la dieta, además de otras múltiples funciones necesarias para el organismo, son los precursores de las prostaglandinas, estas pueden ser proinflamatorias o antinflamatorias.
La dieta típica occidental contiene grandes cantidades de ácidos grasos omega -6 (proinflamatorio) y escaso omega-3 (antiinflamatorio). Esto es debido al consumo excesivo de productos procesados con grasas de mala calidad y al exceso de carne.
Así, algunos estudios encuentran una asociación relativamente fuerte entre la endometriosis y el consumo de carne roja y ácidos grasos trans.
Las grasas trans, prácticamente ausentes en la naturaleza se encuentran en productos procesados como bollería industrial, pizzas o lasañas precocinadas, helados, galletas de chocolate… Se observó que las mujeres que consumían más carne roja y procesada tenían un 56% más de riesgo de endometriosis.
Sin embargo, la ingesta de aves de corral, pescados, mariscos y huevos no estaban relacionadas con el riesgo de endometriosis.
Por otro lado, el omega 3 es un tipo de grasa que es precursora de las prostaglandinas antiinflamatorias.
Las mujeres con endometriosis parecen consumir menos ácidos grasos poliinsaturados omega-3. Además la ingesta de aceite de pescado parece reducir la dismenorrea.
El omega 3 lo podemos encontrar sobre todo en pescado azul (sardinas, caballa, jurel…).
Otros alimentos como el ajo, la cúrcuma, el jengibre, la miel de calidad, los cítricos y numerosas especies han demostrado también efecto antiinflamatorio, por lo que podría ser útil su inclusión en la dieta para la endometriosis.
Otras consideraciones
Podría parecer que al ser una enfermedad estrógeno dependiente, deberíamos evitar por completo todos los alimentos que nos proporcionen estrógenos externos. Revisamos alimentos como los lácteos y la soja:
Lácteos
A pesar de contener estrógenos en su composición, el aumento que se produce en la circulación periférica tras el consumo de lácteos es insignificante comparado con la concentración de estrógenos habitual.
Es más, algún estudio ha encontrado una relación inversa entre el consumo de lácteos y la endometriosis, aunque lo achaca a la ingesta de vitamina D y calcio.
Esto no implica que se deban recomendar (ya que no se ha mostrado causalidad), pero tampoco hay evidencia para desaconsejar su consumo
Soja
Otro alimento controvertido es la soja, debido a que sus isoflavonas actúan como fitoestrógenos. Sin embargo, la acción de estos es muy débil (mucho menor que los estrógenos humanos).
El problema de la soja sería su contenido en genisteína, una isoflavona que puede aumentar la actividad de la aromatasa.
La aromatasa es una enzima encargada de transformar la testosterona en estrógenos.
En el endometrio sano no hay aromatasa, sin embargo, el tejido de endometriosis contiene niveles muy altos de esta enzima, lo que conduce a la producción de cantidades significativas de estrógeno.
Aun así, todos los estudios realizados sobre la soja y endometriosis concluyen que no hay ninguna relación.
Vitamina D
En mujeres con endometriosis, se ha relacionado la hipovitaminosis D con mayor diámetro del endometrioma. Por ello es aconsejable medir los niveles de esta vitamina y mantenerla en su nivel óptimo intentando pasar más tiempo al aire libre, ya que el sol es la principal fuente de esta vitamina.
En los alimentos la encontramos sobre todo en el pescado azul y en menor proporción en mantequilla y queso, en el hígado y en la yema de huevo.
Contaminantes ambientales
Por otro lado, los contaminantes ambientales pueden contribuir a la patogénesis de la enfermedad ya que son disruptores endocrinos, alterando el delicado equilibrio del sistema hormonal. Algunos de ellos se consideran “xenoestrógenos” ya que actúan como los estrógenos (hormonas) humanos.
Para evitar al máximo la exposición a contaminantes ambientales a través de la comida, se pueden seguir estos consejos:
Consumir carne de alimentos ecológicos que se hayan alimentado de pasto (sobre todo si los vamos a consumir con grasa).
Las frutas y verduras, al estar al inicio de la cadena alimentaria contienen muchos menos tóxicos que los animales. Aun así, es preferible consumir alimentos ecológicos. La mayoría de los tóxicos se concentran en la piel por lo que es conveniente pelar la fruta en caso de no ser ecológica.
Nunca calentar el plástico junto con la comida (por ejemplo los tuppers). Es mejor usar tuppers de vidrio o usar los de plástico para transportar la comida en frío y calentarla en un plato.
Evitar el uso excesivo alimentos enlatados, siendo preferible consumir las conservas en vidrio.
No utilizar las sartenes en mal estado, la capa antiadherente tiene que estar en perfectas condiciones para que no migre ninguna sustancia perjudicial a la comida.
En resumen:
Aumenta la cantidad de verduras y frutas en la dieta.
Aumenta la ingesta de pescados azules
Condimenta las comidas con especias
Evita los alimentos procesados, elige los frescos
Evita el consumo excesivo de carne roja y carne procesada
En caso de consumir carne, mejor que sea de pasto o ecológica
Evita el alcohol
Haz ejercicio al aire libre para que haya exposición al sol
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