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El medio acuático contribuye en gran medida en la mejora de la fuerza, principalmente después de haberse producido una lesión, facilitando mucho el trabajo posterior realizado en seco.
Por ejemplo, en fases iniciales, cuando todavía no es posible realizar movimientos contra la gravedad, la flotabilidadcontribuye asistiendo el movimiento. Sin embargo, en fases intermedias y finales, cuando el incremento de la fuerza pasa a ser uno de los objetivos principales, la viscosidad del agua (fricción que se produce entre las moléculas individuales en un líquido y que causa resistencia al fluir) nos permite realizar este trabajo. Por tanto, el componente de flotación puede ser anulado por la viscosidad del agua si el movimiento se produce con velocidad.
Por otro lado, existen dos tipos de flujos bajo el agua, el flujo laminar (las moléculas de agua se desplazan con la misma dirección y velocidad en forma de láminas) y el flujo turbulento (se ve interrumpido, las moléculas de agua rotan y cambian de trayectoria constantemente, chocando entre sí). Este último, el flujo turbulento, produce la resistencia que utilizamos habitualmente para el trabajo de fuerza en el agua. Finalmente, el arrastre es la fuerza causada por la viscosidad del fluido y la turbulencia. Cuanta mayor velocidad se imprima al movimiento mayor arrastre habrá y mayor resistencia al movimiento.
Teniendo en cuenta estos conceptos, existen muchas posibilidades para el trabajo de fuerza en el agua, “jugando” con la resistencia, que aumentará cuanto más rápido se realice el movimiento y cuanto mayor sea la superficie del material complementario empleado (guantes, palas, “flores”, etc.).
Asimismo, el tipo de contracción muscular (isométrica/concéntrica/excéntrica) va a ser importante al diseñar las actividades a realizar en el agua, según cada momento de la recuperación. Los ejercicios contra resistencia del agua casi siempre provocan contracciones concéntricas. Para conseguir contracciones excéntricas de los músculos implicados en el movimiento se emplean materiales grandes que floten mucho o se realizan movimientos rápidos alternativos, como son los cambios de dirección.
Mediante este trabajo previo de fuerza en el agua, la siguiente fase en tierra firme va a poder iniciarse antes y con una base sólida en cuanto a la correcta ejecución, control y calidad de los ejercicios realizados, pudiendo acortar plazos en la recuperación.
En el Centro Médico y de Rehabilitación Premium Health & Sport nuestro equipo de profesionales podrá ayudarte en el proceso de recuperación de tu lesión tanto en el agua, como posteriormente, en seco.
BIBLIOGRAFIA
– Reid Campion, M. (1997). Hydrotherapy: Principes and Practice. Ed. Butterworth-Heinemann (Oxford).
– Thein, J. M., Brody, L. T. (2000). Aquatic-Based Rehabilitation and Training for the Shoulder. Journal of Athletic Training, 35(3), 382-389.