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El ejercicio físico forma parte de la terapia descongestiva compleja, el tratamiento más efectivo comprobado para actuar ante un linfedema. Los tres componentes de esta terapia, drenaje linfático manual, compresión y ejercicio tienen efecto sobre el linfedema de forma aislada pero son mucho más eficaces en combinación. Estos ejercicios son importantes no sólo en la fase de ataque del tratamiento sino que forman una parte esencial de los cuidados y la prevención del linfedema.
Se trata de un protocolo sencillo, mejor personalizado, de ejercicios que van orientados principalmente a ayudar al bombeo venoso y linfático, con contracciones musculares suaves que estimulan la pared del vaso linfático. También buscamos como objetivo con los ejercicios mejorar la movilidad de hombro y brazo. Se deben realizar diariamente con la prenda de compresión o vendaje y serán enseñados por un fisioterapeuta. El ejercicio físico también supondrá una mejora del estado físico general y del bienestar y calidad de vida de la persona.
Se pueden empezar inmediatamente tras la intervención aunque se irán incrementando progresivamente en intensidad y dificultad. Desde los primeros días pueden ayudar, por ejemplo, a movilizar la cicatriz. Su fisioterapeuta le indicará los más adecuados a su caso y una vez aprendidos se deben realizar diariamente. Es mejor realizar una secuencia corta pero todos los días que sea incluida en la rutina de cuidados de la persona. Empezamos por ejercicios sencillos. Deben ser suaves, pausados y no provocar molestias.
Los ejercicios llevan un orden concreto que favorece el drenaje, empezando por tórax y raíz del miembro para ir vaciando segmentariamente el resto del brazo. El exceso de líquido que supone el edema tiene salida en el sistema circulatorio a nivel de las clavículas, cerca del esternón. Esa es la zona que primero liberamos para facilitar el vaciamiento y bombeo de las otras zonas por las que iremos continuando con el ejercicio hasta llegar al final del miembro, la mano.
El ejercicio respiratorio será el primero que realicemos ya que nos servirá para movilizar la región torácica y lugar de desagüe del sistema linfático en el torrente venoso. El tipo de respiración más adecuada para favorecer la circulación es la respiración diafragmática o abdominal y la respiración completa, que implique movimientos del diafragma. El resto de ejercicios los acompasaremos a este ritmo respiratorio. Se realizan pocas repeticiones de cada uno a un ritmo lento.
Otras recomendaciones
Además del protocolo específico de ejercicios se recomienda practicar de forma habitual ejercicio físico general. Mejorará nuestra calidad de vida, bienestar, resistencia a la fatiga… No es aconsejable elegir un ejercicio físico muy duro pues al quemar muchos nutrientes se producen también muchas sustancias de desecho que pueden suponer una sobrecarga linfática. También se deben evitar deportes que supongan impactos bruscos (saltos, aerobic…) o con riesgo de traumatismo (esquí). Sí que se aconseja un ejercicio suave habitual, como caminar una hora todos los días o natación. La natación o los ejercicios en el agua son muy recomendables. Puede ser un momento para descansar de nuestra prenda de compresión, la presión hidrostática del agua sustituirá su efecto. La menor gravedad facilitará también la realización del ejercicio y una menor fatiga.
En Premium Health & Sport contamos con una piscina terapéutica donde podrá realizar los ejercicios recomendados por su fisioterapeuta, siempre supervisados por uno de nuestros profesionales. Además, contamos con fisioterapeutas expertos en drenaje linfático manual, técnica principal e imprescindible en el tratamiento del linfedema.
Fuente Vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=X1-u_4yPULk