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La vulvodinia es un síndrome cuyo síntoma principal es el malestar o dolor vulvar. La ISSVD (International society for study of vulvovaginal diseases) ha definido a la vulvodinia como “malestar crónico vulvar, que se caracteriza por ardor, picazón, irritación o sensación de “carne viva”, en ausencia de hallazgos visibles, clínicamente identificables, patología neurológica o infección de la piel”. Por tanto para hacer el diagnóstico de vulvodinia, se deben descartar todas aquellas patologías que cursen con dolor crónico en la vulva.
Este síndrome afecta en torno al 15% de las mujeres que consultan en ginecología, con edades comprendidas entre los 20 y 70 años. Normalmente son pacientes sanas, que no padecen enfermedades sistémicas y no tienen antecedentes de enfermedades de transmisión sexual. Una característica de las mujeres que padecen vulvodinia es la consulta a múltiples médicos (ginecólogos, dermatólogos…) antes de llegar a un diagnóstico. Suelen ser mujeres con un estado anímico disminuido y una preocupación constante por su dolor.
La etiología o causa de la vulvodinia hasta ahora es desconocida, si bien el comienzo de la sintomatología puede estar ligado a diferentes factores, como:
- Infecciones
- Episodios de vaginitis
- Factores hormonales
- Anomalías metabólicas
- Problemas urológicos
- Cirugías: por láser, criocirugía…
- Sustancias irritantes: detergentes, antisépticos, desodorantes…
- Alteraciones del ph vaginal
- Espasmos de la musculatura del suelo pélvico
- Estrés emocional, problemas de pareja…
La vulvodinia puede clasificarse en:
a. Localizada (vestibulodinia, clitorodinia): se caracteriza por dispareunia (dolor en las relaciones sexuales) y por dolor y eritema de diferentes intensidades, localizados en el área vestibular.
b. Generalizada (disestésica): es más frecuente en mujeres postmenopáusicas. Las mujeres refieren dolor vulvar crónico y, a diferencia de las mujeres con vulvodinia localizada, éstas no presentan dolor en las relaciones sexuales o si lo presentan es de menor intensidad. La zona de dolor no se localizada en el vestíbulo sino que abarca el área completa de la vulva. Se cree que este tipo de vulvodinia tiene una base neurológica parecida a la neuralgia postherpética.
Elsíntoma principal de una paciente con vulvodinia es el dolor, que puede darse durante las relaciones sexuales, al sentarse, hacer deporte, al orinar, con el simple contacto con la ropa… Es muy frecuente observar zonas enrojecidas en la región vestibular y que el simple roce con un algodón resulte doloroso.
El tratamiento de la vulvodinia debe llevarse a cabo con un equipo multidisciplinar, compuesto por un ginecólogo, un psicólogo y/o psiquiatra y un fisioterapeuta.
A nivel de la fisioterapia, son muchos los estudios que han demostrado su eficacia en la disminución y control del dolor, en el aumento del deseo sexual y de la frecuencia en las relaciones sexuales así como en la sensibilidad y flexibilidad de la musculatura del suelo pélvico (mejorando su respuesta al roce y a la palpación). Para lograrlo, las técnicas más empleadas son: la terapia manual, las corrientes analgésicas y el biofeedback, que permitirán lograr una analgesia y relajación voluntaria de la musculatura (más importante aún cuando se asocia a vaginismo).
Los tratamientos conservadores son prolongados en el tiempo, por lo que no podemos esperar resultados inmediatos.
Otros tratamientos como la cirugía denominada vestibulectomía, es efectiva para casos de vestibulitis vulvar, pero se debe recurrir a ella siempre y cuando haya fracasado todo tratamiento conservador.
El pronóstico de la vulvodinia siempre será peor cuanto más tiempo pase sin tratamiento, con menores resultados.
En Premium Health & Sport tenemos fisioterapeutas expertos en uroginecología, competentes para tratar ésta y otras patologías que afecten al aparato genitourinario.