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¿Qué es la dispareunia? La dispareunia está considerada como uno de los problemas sexuales femeninos más frecuentes. Hace referencia al dolor existente durante las relaciones sexuales. Generalmente este dolor se presenta durante la penetración pero hay personas que pueden sentirlo antes o después de la relación sexual, según la estructura que esté afectada.
La dispareunia puede darse tanto en el hombre como en la mujer, si bien se estima que en España la prevalencia en la mujer es del 26% mientras que en el hombre es del 6%. Esta incidencia en la mujer, aumenta en determinadas épocas de la vida como es el postparto o la menopausia.
Las personas afectadas con dispareunia pueden experimentar dolores muy variados, como: sensación de ardor, quemazón, picor, dolor cortante, escozor, tirantez… impidiendo muchas veces que la mujer llegue a alcanzar el orgasmo.
Podemos diferenciar dos tipos de dispareunia según el momento en el que la mujer sienta el dolor, distinguiendo entre:
– Dispareunia superficial: cuando el dolor se da al inicio de la penetración. Este dolor se localiza a nivel del introito y tercio externo de la vagina. Normalmente este tipo de dispareunia se da tras los partos por lesiones que aparecen en el suelo pélvico (cicatrices de episiotomía o desgarros perineales, contractura o espasmo muscular…), durante la menopausia por la sequedad vaginal que conlleva el déficit de estrógenos, tras cirugías a nivel perineal (tanto vulvo-vaginales como vesicales), por el uso de anticonceptivos hormonales como el anillo vaginal o bien puede deberse a patologías genitales locales como las infecciones vulvo-vaginales (candidiasis) o las alteraciones cutáneas como el líquen esclerotrófico.
– Dispareunia profunda: aquí el dolor se manifiesta al final de la penetración, reflejado en el fondo de la vagina e incluso a veces en la parte inferior del abdomen. Este tipo de dispareunia puede deberse a una congestión pélvica, con inflamación en los fondos de saco vaginales y en el cuello del útero, a miomas o quistes ováricos que ocupan el fondo de saco de Douglas, a endometriosis III y IV o bien a prolapsos genitales o fijaciones del cuello y cuerpo del útero, vejiga, uretra…
La mayoría de las pacientes con dispareunia, ya sea superficial o profunda, presentan contractura de la musculatura del suelo pélvico en mayor o menor grado, secundaria a la actividad sexual dolorosa.
El origen de la dispareunia también puede ser una causa psicológica, relacionada muchas veces con la educación sexual recibida (información escasa, sentimiento de culpabilidad…), con las relaciones previas dolorosas o traumáticas, pareja nueva, falta de autoestima y/o deseo sexual, ansiedad, estrés, depresión… también una estimulación sexual deficiente o insuficiente puede producir dolor por falta de lubricación.
En caso de que la dispareunia vaya acompañada de una enfermedad de base, infección o patología local, el primer paso será resolver la patología con tratamiento médico y después el paciente deberá ponerse en manos de un fisioterapeuta experto en suelo pélvico, para tratar de desensibilizar el área dolorosa, disminuir el miedo a la penetración y tratar las disfunciones músculo-esqueléticas con las que se encuentre. Debido al importante componente emocional de la dispareunia, este tratamiento deberá hacerse en equipo junto con un psicólogo experto en problemas sexuales.
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Bibliografía
Gónzalez Darias, A. “Prevalencia de dispareunia tras un parto normal”. Reduca (Enfermería, Fisioterapia y Podología) Serie Matronas. 3 (3): 125-152, 2011
González M. “Dolor sexual en la mujer”. Act. Fund. Puigvert. Vol. 30 nº 2 2011